lunes, 14 de marzo de 2016

La ley de Moore explicada para todos

Hoy respondía a la duda de un amigo que me preguntó qué significaba “16nm” en esta publicación sobre la próxima gama de tarjetas gráficas NVidia y me di cuenta de que la Ley de Moore, un archiconocido amigo de los informáticos puede no ser totalmente de dominio público así que he decidido retratarla en esta entrada improvisada del blog como una introducción al mundo de las nuevas tecnologías que, para muchas personas, es casi magia.

Gordon Moore es el cofundador de Intel y, aunque estamos acostumbrados a que todos los que formulan leyes lleven tiempo criando amapolas sobre sus sepulcros, en este caso sigue vivo y a sus 87 años se mantiene sentado sobre un trono hecho de billetes pegados entre sí (al menos así está en mi imaginación). También es conocido como “El alcalde de Silicon Valley” por su impulso de la zona, algo así como Hollywood para los informáticos. Este buen señor en 1965, cuando aún no tenía mayordomo ni un monóculo adornando sus hoy multimillonarios rasgos, enunció la llamada “ley de Moore” que da título a esta entrada y que dice algo así como: "Cada 18 meses, se va a duplicar el número de transistores que cabe en un procesador". Esto probablemente os sonará a chino si sabéis tan poco sobre la informática como espero (a menos informáticos, más trabajo para mí) así que me explicaré de la forma más sencilla posible.
Un transistor es algo así como el señor más pequeño que vive en vuestro ordenador y que trabaja para cumplir vuestros deseos. Es, simplificando mucho las cosas, el componente electrónico más pequeño que hace algo útil para nuestro ordenador. Como podréis imaginar siempre será mejor que haya dos señores trabajando a que haya uno. Pero no es esto lo único bueno de que los transistores sean más pequeños, también al reducirse su tamaño se reduce la distancia que tiene que recorrer la electricidad, se pueden separar más componentes así que se calienta menos todo el cacharro y como colofón para la crisis actual, el aparato gasta menos energía al tener menos superficie que alimentar, porque no es lo mismo dar de comer a un bebé que mide 50 centímetros que a un nini de 34 años.
La ley de Moore, fuente: Gizmodo
La ley de Moore en cifras
Para aclarar un poco las cosas, lo que comentaba en el primer párrafo nombrando la cifra “16nm”, significa la anchura mínima en nanómetros con la que se puede fabricar un transistor que funcione (mil millones de nanómetros son un metro). Esta cifra además indica algo así como “dónde estamos” en la ley de Moore. Pondré un poco de perspectiva: La anchura de la cola de un espermatozoide son 20 nanómetros y el tamaño de las partículas del humo de tabaco son 10nm. Para cerrar y que os hagáis una idea, si quisiéramos poner una línea de transistores actuales (16nm) que midiese un metro, necesitaríamos 62 millones y medio de transistores.
Los más audaces habrán deducido que la “Ley de Moore” no es una ley al uso sino algo que podríamos titular como “la predicción de Moore”, pero que curiosamente se ha venido cumpliendo desde el 65 (o al menos hasta 2015 cuando varios artículos afirmaban con fervor casi religioso que se habían acabado las piruletas en el mundo de la miniaturización de componentes). Lo que nos lleva a la reflexión final y colofón de mi segunda entrada: El sacrosanto varón Gordon E. Moore es cofundador del gigante de los procesadores Intel, por lo que es inevitable hacerse la pregunta: ¿La predicción que hizo Moore fue increíblemente acertada o Intel ha ido haciendo que lo sea?

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