¡Dinero de mentira!
Esta vez he tenido tiempo poco
después de escribir la última entrada (si acabo este post el mismo día que lo
empiezo) y ahora que he empezado a trabajar me ha parecido un buen momento para
hablar de dinero, pero... ¿Cuál es el pero? Soy un informático y nosotros lo
hacemos todo más difícil así que hoy os golpearé en las ingles metafóricas
explicando qué mierda es eso de la moneda virtual, concretamente el Bitcoin y
por qué el concepto es tan raro-chulo.
Bitcoin, la moneda virtual.
En 2009, hace nada, un tal
“Satoshi Nakamoto”, seudónimo para un programador hasta hoy desconocido (aunque
hay hipótesis de quién es), creó una moneda virtual en open source (hablé de
open source aquí). Esa moneda inicialmente no valía nada hasta que en el primer
trimestre 2013 adquirió algún valor llegando a 250$ cada Bitcoin. Sufrió un
pequeño desplome después por unas medidas restrictivas en china y terminó dando
la campanada en 2014, cuando alcanzó su cifra record, con un valor de cerca de
1100$ para cada unidad de esta moneda virtual. Actualmente se encuentra en 698$.
Histórico de valor del bitcoin a 7-11-2016 |
¿Una moneda 700€?
Eso he dicho. El truco es que tú
puedes tener medio Bitcoin, un cuarto o una fracción
cualquiera, incluso una millonésima parte de Bitcoin. La diferencia con la
moneda tradicional es que se crea por los usuarios en un proceso que se
denomina “minería”.
¿Cómo se sabe que un Bitcoin es
mío?
Bitcoin funciona mediante una cosa llamada
Blockchain. Esta tecnología registra todas las operaciones que se realizan
entre los usuarios, de forma que en un instante tú realizas la transferencia, se
envía a la red de blockchain y ésta se guarda distribuida entre todos sus
usuarios. Podéis comprobar que no os miento en https://blockchain.info/ en la sección de
últimas transacciones, veréis cómo vuela el dinero.
¿Es seguro que todo el mundo sepa
todos los movimientos?
No solo seguro, es la clave de la
seguridad. Pensad en un pueblo en el que todos tienen un libro en el que apunta
quién tiene las pelotas de colores. Si Manolo le da a Eusebia la pelota azul (o
la mitad del Bitcoin número 121787) saca el megáfono y grita por la ventana:
“YO, MANOLO, LE DOY LA BOLA AZUL A EUSEBIA”, los usuarios del pueblo miran sus
libros y apuntan la transferencia gritando a coro “VALE” (si Pepe está de
vacaciones, actualizará su libro a la vuelta). Imaginemos que Manolo no tiene
la pelota azul. En el pueblo no se desata el caos, simplemente los vecinos lo
comprobarán en sus libros y gritarán por la ventana: “MANOLO NO TIENE ESA
PELOTA, TRANSACCIÓN CANCELADA” y fin del problema. Evidentemente es más seguro
cuantas más respuestas esperes. A partir de 6 confirmaciones una transferencia
se considera muy segura.
¿Y dónde guardo los Bitcoins?
Para empezar, Bitcoin es una
moneda “joven” y por tanto su precio sube y baja abruptamente. Sin ir más
lejos, desde que he comprobado su valor para el artículo ha subido 1€. Así que
es una moneda adecuada para pequeñas transacciones más que para tener tus
ahorros, al menos actualmente. Al margen de eso, los Bitcoins se guardan en un
monedero. Un monedero es un programa que certifica tu identidad bajo
contraseña, es el que acredita que tú eres manolo. De este modo es tu monedero
quien tiene acceso a tus Bitcoins, no tú. Si pierdes el archivo, formateas u
olvidas la contraseña pierdes el
dinero, de hecho, un hombre perdió un dineral tras tirar undisco a la basura con la única copia del monedero.
También existen monederos físicos, una especie de pendrive muy caro (~100€) que
vale sólo para guardar Bitcoins. La única particularidad es que está orientado a mantener la seguridad. Hay que decir que puedes
guardar en una caja fuerte tu monedero en un CD con la contraseña escrita, ya
que no necesitas el archivo actualizado. Blockchain guarda la propiedad de las monedas por ti.
¿Anonimato? Algo así
Los Bitcoin no tienen anonimato,
tienen “Pseudonimato”, es decir: Yo me descargo un monedero y obtengo algo de
dinero. Esas monedas pertenecen a un número de monedero y mientras no reveles que
eres el propietario, esa cantidad es anónima. Si das tus datos personales
asociados a tu número de usuario, podrías ser identificado (lo que serviría para tener por
ejemplo una cuenta con dinero público). De hecho, el bitcoin es una moneda
virtualmente irrastreable si se trata con cuidado, por lo que da quebraderos decabeza a la policía a la hora se saber de dónde procede dinero de drogas y
cosas así.
Confianza, la clave.
¿Qué sustenta el valor de esta
moneda? Pus eso, la confianza. Puede parecer un sustento flojo y débil como un
vegano, pero el mercado de valores funciona de ese modo, el BBVA podría
desplomarse en bolsa por la pérdida de confianza de los inversores. Por ello es
una moneda que, a diferencia de las nuestras, no sustenta su valor en el oro,
sino en lo usada que sea. Tampoco nos asustemos, ya que alcanzó la masa crítica
de gente hace tiempo y es improbable que deje de usarse. Del mismo modo, a los
miedosos les pregunto en qué basa su valor el oro. La única respuesta es la misma que os doy para la
ya nombrada moneda virtual: El oro basa su valor en lo extendido que está su
uso (Aunque lleva unos cuantos años de ventaja a las monedas virtuales).
La minería: un trabajo duro.
Al proceso de crear criptomonedas se
le llama “minería”, esto es porque, al igual que en esa actividad, cuanto más
material se extrae, mayor es la dificultad de encontrar más. Pero, ¿cómo
encontramos un Bitcoin? O ¿En qué consiste la minería? Como hemos dicho cada
transacción se registra en blockchain, que en inglés significa “cadena de
bloques”. Un bloque es un montón de transacciones agrupadas y “selladas”
mediante un “hash”. La última definición será la de hash: En criptografía, si
tomas dos archivos y calculas sus hashes, ambos serán diferentes, dos archivos
iguales excepto en un bit, también tendrán hashes diferentes, de esta forma si
alguien modificase un archivo, al comprobar el hash, sabrías que el archivo no
es original. Es como si fuera un identificador que se obtiene mirando el
contenido. Para complicar un poco la cosa, como si fuera fácil, antes de cifrar
un bloque con el hash, se mete en el bloque el hash del anterior, encadenándolos
(blockchain, qué bien hilado).
Pues bien, minear es calcular el
hash del próximo bloque, y en ello compiten miles de ordenadores del mundo,
intentando calcular uno que se adapte a las características del bloque y que no
esté repetido. Cuando un ordenador obtiene un hash válido válido, gana 25 Bitcoins y se “sella” el bloque. Hoy se anda sellando un bloque cada 15-20
minutos (cerca de un millón y medio de dólares al día).
Granja de minería |
Hay que decir que cada vez el
proceso es más lento ya que la dificultad aumenta con el tamaño de la cadena, y también debemos decir que existe una máxima cantidad de Bitcoins (21 millones) que va a existir. De
este modo la moneda es previsible, lo que resulta necesario para un sistema
monetario. No puede haber escasez (natural o artificial por acaparación) de Bitcoins ya que pueden dividirse hasta el
infinito, de forma que, si cada Bitcoin pasase a valer un millón de dólares,
podríamos utilizar 0,0000001 bitcoin, que valdrían un dólar, y lo podríamos
llamar 1 nanobitcoin. De hecho, está calculado que una sola de estas monedas podría
servir como unidad monetaria para todo el planeta si tuviese el valor
necesario.
Trabajo en equipo.
Lo explicado de minería se
utilizaba en el pasado de forma individual. Ahora, grupos de gente minean en
conjunto poniendo a trabajar el potencial de su hardware en común. De este
modo, dependiendo de cuanta potencia de cálculo aportes, te llevas una cantidad
proporcional de cada moneda generada. Este tipo de
minería en grupo se denomina “mining pool”.
Terminamos
Os dejo en paz tras este párrafo:
¿Qué tiene de especial el Bitcoin? Para empezar, es la única moneda que permite
transferencias automáticas a nivel global sin ningún tipo de tasa o coste.
También cabe destacar que no puede devaluarse voluntariamente mediante la
producción de más de estas monedas, ya que la cifra está fijada y es
virtualmente inalterable. De este modo estaríamos basando la confianza no en
las promesas de un gobierno, sino en las inmutables leyes de la matemática.
Termino ya con la última ventaja: Según los expertos, una transferencia entre
direcciones Bitcoin es varias veces más segura que una transferencia entre
cuentas bancarias. ¿Confiáis en un modelo económico basado en la confianza?